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jueves, 7 de abril de 2011

LA OSCURIDAD EN EL HOMBRE INVISIBLE CREADO POR WELLS

La oscuridad en El Hombre Invisible creado por Wells.

Toda época va recreando eso a lo que teme, aunque sin duda se trata de instaurar el miedo por medio del poder como mecanismo de control. La misma sociedad por la interacción cotidiana va replegando aquello que se aleja de la norma y lo etiqueta para su tranquilidad como “lo monstruoso”. Los vicios engendran monstruos, siendo vicio el hábito de obrar mal. La soledad es vista como vicio en una sociedad comunicativa. El motivo de la soledad puede ser satisfacer un ego personal, una prueba de superación sin invitados aduladores. Con el Dr. Frankenstein o el Dr Jekyll, tenemos a la vista como se conceptualiza a un científico moderno, es un enajenado en un mundo alterno creado por sus investigaciones, es un loco que sacrifica su vida en soledad para conseguir el dominio sobre la naturaleza, es un osado que intenta descubrir eso que no conocemos, esa fruta prohibida que logre igualarlo a Dios.

La transformación hacia ser invisible, requiere que se tenga un índice de refracción similar al del aire, el científico loco estudia también sobre la pigmentación de los distintos tejidos, para sencillez si un cuerpo no refleja luz, si no refracta, si no absorbe luz, entonces no puede ser visible. Pensar en equipararse a la voz divina por el hecho de no ser visto, pensar en ser considerado un espíritu demoniaco por no presentarse a la vista, es dicho sin mencionarlo en la gran novela de Wells. Cuando El Hombre Invisible se presenta ante el vagabundo Thomas, para creer en él se necesita verlo, si no hay vista de… no hay existencia de… Sin duda, lo que es tenebroso, es eso que manifiesta su fuerza y no se puede percibir. Como preocupación de los primitivos, los fenómenos naturales son asociados a dioses para simplificar su explicación. El origen de la vida-universo, el destino de los acontecimientos, el sentido de la vida se asocian a una fe, a un dios o al rito maniaco que domina la existencia particular. Pero ese dios creado es invisible, el asiento de seguridad del humano se encuentra así en lo que no puede probar, en lo que no sabe demostrar, en lo que nunca ha percibido. Por ello, es trágica la historia del Hombre Invisible, el científico descubre un secreto que lo equipara al invisible dios, y sin embargo, es tratado miserablemente por los vulgares humanos. Pareciera que el Hombre Invisible imaginaba que podía burlar el destino, o que su vida estaba resuelta al volverse invisible, pero las complicaciones siempre rodean la vida de este Hombre Invisible.

“Me acerqué al espejo y me miré sin verme”, no se trata de Frankenstein que ve el reflejo de su monstruoso rostro, ni tampoco se trata del miedo primigenio a buscar al Otro que afecta su vida cotidiana. El Hombre Invisible no teme a Dios, no teme al Otro, se teme a sí mismo. El monstruo es él mismo y quiere escapar de su condición monstruosa. Por ello, intenta buscar desesperadamente la fórmula mágica que de marcha atrás al proceso de invisibilidad. Cree en la Ciencia como la solución de todos los males, pero ha sido la Ciencia la que lo ha convertido en monstruo.

El ambiente que rodea al investigador es de sospecha. Como se recuerda, la Alquimia fue precursora de la Química. Y el alfabeto de fórmulas y signos escritos no es más que la documentación del hechizo para convertir esto en aquello… Cuando alguien transforma un papel en cenizas, no nos preocupa, se sabe que sucede lo que debe suceder por nuestra experiencia, pero desarrollar una poción que desaparece al objeto, en algo que no puede ser visto, nos lleva a la sorpresa, a mezclar lo sobrenatural con la vida mundana. La primera impresión de una sociedad envuelta en la coraza religiosa, es que se trata de una obra del demonio. En el caso de la novela de Wells la gente pierde la sorpresa cuando el monstruo se muestra, y para la gente curiosa lo extraño es una diversión, no descansan hasta descubrir cuál es el secreto que oculta un viajero tan raro como El Hombre Invisible.

Magistralmente Wells coloca el terror en el asalto por eso sobrenatural ante lo cual no sabes cómo defenderte, la escena del ilustrado Kemp corriendo como loco al ser perseguido por El Hombre Invisible, nos muestra esa escena de pesadilla de la paranoia, cuando atormentado por ese perseguidor invisible, se hacen acrobacias y ridiculeces ante los demás, que lanzan su ajusticiador:  “Se comporta como chiflado”. En el escrito de Wells puede notarse como se apodera del Hombre Invisible el proceder de un loco, y esto porque sufriendo como Kemp a la fuga corriendo, empieza a esquivar autos, humanos, perros, a huir de la lluvia, de la nieve, se vuelve alguien que se siente perseguido gran parte de su día, y que como animal silvestre después de escapar de los predadores en algún escondrijo busca descansar de su rutina. Por ello, el pueblo monstruoso se vuelca a la cacería con perros y rifles, y prácticamente de ser algo extraordinario lo cazan como un animal, o el Hombre Invisible muere con un perro, o a escobazos como una rata.

El poder del Hombre Invisible es su invisibilidad, al mostrarse, descubrirse, develarse, de monstruo se vuelve cosa rara, y algo que atesoran los humanos es la colección de cosas raras como si fueran medallas de logros inestimables para la sociedad. Es también irónico que la ambición de Kemp lo lleva a destruir al Hombre Invisible y a perder la oportunidad de conocer el secreto de la invisibilidad que queda en las manos del vulgar vagabundo Thomas. Se puede comparar la cacería del Hombre Invisible como la persecución de brujas para lincharlas, quemarlas y dar lección a aquellos que se atrevan a violar los códigos morales de la normalidad. Pero es una jauría monstruosa, no son humanos los cazadores, van a desaparecer al monstruo con el músculo de su fuerza como si mataran una mosca con un manotazo. Es clásico en las novelas derrotar al poderoso monstruo, cuando se detectan sus puntos débiles, y la multitud se lanza eufórica, endemoniada a la cacería de lo que los ha perjudicado, los ha sacado de su vida normal. Es relevante la facilidad con que la turba se moviliza para dar el escarmiento, como si instintos primigenios tuvieran que salir a flote, por ello como un juego de espejos el Hombre Invisible busca aprovechar su poder para instaurar el Reinado del Terror, como también las masas iracundas en el ajusticiamiento se vuelven como un ente monstruoso de infinidad de cabezas que buscan devorar a la víctima. Es uno de los miedos del Hombre Invisible morir por esa masa anónima, autómata, que como maquinaria feroz, quisiera pisotearlo, torturarlo bajo sus fauces, hasta que de invisible pase a ser inexistente.

Es icónico el vestuario que crean al Hombre Invisible con su gran abrigo, su bufanda, sus grandes lentes, y su sombrero. Cuando llega a la posada lleva su rostro vendado. Con la indumentaria de humano puesta sobre su invisibilidad se vuelve más monstruoso. Lo que no se deja ver y existe, es diversión desenmascarar, como los más peligrosos delincuentes y agentes del terror se refugian en la oscuridad, y lo que quisieran sus cazadores es que se mostrarán  a la luz para que puedan ser capturados y pagar sus crímenes.  Pero otra vez, si el único Hombre Invisible es capturado, será exhibido, perderá libertad, se volverá un objeto de investigación. Lo que desea el Hombre Invisible es satisfacer sus deseos y no ser reprimido, es burlarse de la sencilla gente de una moral ordenada con hábitos arraigados que son diferentes a su genialidad. Si son gente vulgar, ellos son como Thomas, vulgares, rudimentarios instrumentos que necesitan acatar órdenes provenientes de alguien superior.

La soledad, un paraíso divino para quien ha sufrido a causa de los otros, para quien busca el descanso después de huir del mundo cotidiano que busca eliminarlo. En el caso del Hombre Invisible, intenta encontrar el antídoto que le regrese la visibilidad, y así transformarse en visible o invisible según lo desee. Por ahora, sufre el castigo de Midas, que aunque desea aprovechar su invisibilidad para deleitarse, ha sufrido el vía crucis de un condenado por creerse superior al tener un logro científico. Y si todo fuera como volverse invisible, mas el Hombre Invisible se ha equivocado, no calculó lo que haría o cómo viviría siendo invisible, nunca hizo el supuesto de cómo le haría en el futuro si sus planes fallaban. Parece que aún siendo invisible, sea preso de los acontecimientos, su destino está marcado: morir a mano de los vulgares, parece ser la tragedia de un monstruo que no pudo espantar, ni matar porque fue descubierto a tiempo, o por dejarse descubrir al considerar imbéciles a sus congéneres. Es un monstruo que nació para morir sin haber tenido desarrollo, es alguien que intenta comprender por qué el destino lo golpea de esa manera, pero que tuvo altanería hacia su sociedad, y que no se preocupaba mucho en cómo ganarse el pan o cómo entretenerse en esta vida. Wells menciona crudamente que el joven científico roba dinero a su padre, para realizar sus experimentos para convertirse en el Hombre Invisible.
  
“La sociedad también lo ha rechazado”, es que El Hombre Invisible ya no puede cumplir con las actividades básicas que lo aproximan a un humano común. No puede sentarse a comer ante otros porque debe descubrirse la cara, puede solicitar alojamiento pero debe mantenerse en soledad, lejos de los curiosos. Debe tramar que no descubran detalle alguno de su invisibilidad. Y es algo manifiesto, que el Hombre Invisible se comporta como víctima, porque suma una vulnerabilidad tras otra, y no desea estrellarse más rápidamente como un Ícaro, sino meticuloso desea perfeccionarse, y su apuesta es recluirse en un pueblito para encontrar cómo hacerse visible, y logre ser como un vampiro, un ser que se transforma de apariencia humana a monstruosa, y viceversa. Es vulnerable porque si comete un error, y es no llevar encima el suficiente dinero, es sentenciado a que la gente sepa su secreto, se le abalance como búfalos en estampida para arrollarlo, y él no tiene escape si no posee el poder de la transformación que lo haga visible para no ser objeto de pesquisas de vulgares curiosos e impertinentes.

Los habitantes del pueblo lo ven como “criminal embozado”, “como anarquista disfrazado que preparaba explosivos”, con la cara accidentada o la piel moteada, o de plano dicen que es “un loco inofensivo”. Lo detesta todo el pueblo, por sus raras gesticulaciones, las apariciones nocturnas en el paseo, su gusto por permanecer en la oscuridad. Alguien atormentado por causas superiores o fuera de entendimiento para la gente común, se aísla, se enfurruña si es molestado, desea que no se inmiscuyan cuando realiza sus pensamientos y acciones, es alguien fuera de la realidad cotidiana. El enojo del pueblo crece cuando saben que no va a la Iglesia. No lo pueden comprender, y él no busca la comprensión de ellos, pero al vivir en comunidad, es preciso que no haga cosas a escondidas que puedan afectar a los otros, por ello la conciencia de los pobladores se tranquiliza si descubre su cara, si explica qué hace con sus experimentos. Pero lo oscuro viene siendo, que nunca se comunica todo, siempre habrá curiosidad sobre lo que no has dicho, y los entrometidos del pueblo siempre quieren arrinconarlo para saber más de él. Es como querer dar gusto a gente que busca irritarlo, quieren saber hasta qué haces en el baño, y es una invasión a la privacidad dar lujo de detalle de todo lo que hace, pero hay reglas morales, y algunas no son escritas pero deben cumplirse. La cara debe estar descubierta, el uso de los lentes ya no es tan estrafalario, pero podría serlo de quien no se los quita ni para dormir. Es menester dar una indicación mínima de a qué te dedicas, para una casera ávida de ganar dinero, y que solo quiere saber si puedes pagarle el dinero que te pide por la renta en el tiempo estipulado.

“¡Basta! Usted no entiende ni quién soy, ni qué soy” espeta El Hombre Invisible, aunque el pueblo en principio aduce a que se trata de brujería. Al mostrar ante los fisgones su invisibilidad se espantan, pero es la soberbia del Hombre Invisible la que le impide refugiarse, como creyendo que el lento actuar de la gente nunca le podría hacer frente. En su juicio moral manifiesta que “No es un crimen… ser invisible”.

El pueblo luchando contra un enemigo que no puede ver, en esta novela de Wells esta circunstancia es asimilable, pero en circunstancias del mundo de hoy, alguien que no sabes cuándo atacará, es capaz de paralizar una sociedad, que vive esperando siempre, noche y día, el momento en que el criminal realizará el atentado. Por ello, Wells solo pronostica sin desarrollarlo, que si El Hombre Invisible logra planificar sus acciones es posible que instale un Reinado del Terror, en que será castigado todo aquel que no siga las órdenes de este peculiar monstruo. Aventurando, lo que proyecta más al monstruo en la conciencia de los humanos es que se forme un mito o una leyenda que se comunique en la sociedad y la tenga en alerta. Para el caso del Hombre Invisible, el terror que provoca es cuando invade repentinamente la vida tranquila, estable, de gente que sigue una cotidianidad, y al verse asaltados por la anormalidad sienten lo que el rumor instalado cuenta, que deben huir o serán aniquilados por un sanguinario monstruo.

Thomas, el vagabundo que puede comprender al Hombre Invisible, por haber sido rechazado también por la ciudad, le es sincero: “Es mucho más fácil no creer” en monstruos, “en hombres invisibles”.

El Hombre Invisible al ver que fisgoneaban sus cuadernos para tratar de entender cómo pudo realizar su transformación, les reclama que no se aprovechen de un hombre caído en desgracia. Ellos ya no lo valoran como un humano sino como un sujeto extraordinario, animal de circo, ratón de laboratorio, el anormal enjaulado (L’enfant sauvage de Truffaut), el mártir para el progreso de la ciencia.

Se burla de Thomas el vagabundo, al quien el destino le ha reservado ser el instrumento, el sirviente del Hombre Invisible. Aunque Thomas protesta por haber escapado de la sociedad reglamentada, y no quiere ser súbdito de nadie, prefiere ser un miserable que no rinda a nadie cuentas.

Thomas es otro monstruo, aunque no sea invisible, es producto de la moral inglesa que lo conmina a ser un maldito, un desgraciado, un homeless; cuando describen a Thomas escuchando de boca ajena las hazañas del Hombre Invisible, los cuestiona sobre si han oído nombrar sobre un ayudante del monstruo, lo decepcionan porque ni siquiera se refieren a él. Thomas es un monstruo que es predecible en una sociedad como la inglesa, pero El Hombre Invisible, es más allá de la comprensión, un insensato, un loco, que ha querido pasar por encima de lo que es humano, pasar por encima de lo que Dios permite, se ha vuelto como un espíritu errante el cual debe ser exorcizado de este mundo, se ha colocado como invisible Dios lo cual degrada la creencia de que Dios nunca se presenta a los humanos, es decir, si el monstruo se muestra debe ser aniquilado, si el monstruo o Dios son un misterio invisible, irresoluble, hay que sentir miedo, terror por lo desconocido.

El Hombre Invisible al ver a su compañero de escuela Kemp, cree que al ser alguien que lo ha visto como humano puede haber cierta familiaridad. El monstruo si siente que puede tener confianza en alguien que lo supo alguna vez humano. Así que le cuenta lo que ha pasado para convertirse en monstruo. El asustado amigo deja que el Hombre Invisible con sinceridad le cuente su hazaña. Kemp, no es incrédulo, está frente al Hombre Invisible, prueba irrefutable de la invisibilidad, pero sabe que su anterior compañero de escuela ha dado un salto a la anormalidad, ha dejado de ser humano, y no queda más que apresarlo para que la ciencia pueda estudiarlo como espécimen raro, o una compañía de circo pueda hacer dinero presentándolo como fenómeno. El Hombre Invisible, vagamente ha reparado en que tiene el poder de escabullirse, y sin embargo, se equivoca mostrándose confiado ante un humano que ha visto el negocio en la captura del monstruo.

El poder del Hombre Invisible, está en aprovecharse que los demás no lo observan, para entrar en comercios y robar, para espantar a gente con espíritus, para provocar pánico con sucesos inexplicables, cambiar la fe en los que creen en espíritus ultraterrenos, y gozar con las bromas que su invisibilidad le permite. Pero si el Hombre Invisible se ha mostrado, es una presa a capturar, se rebaja a ser solo un humano con un disfraz transparente, la lluvia o la nieve pueden serle tan perniciosos como el olfato de un perro o el quedar confinado en una habitación. Como humano, una paliza, una bala, una navaja, pueden llevarlo a una muerte segura, aunque sea invisible.

La teoría atómica establece que cualquier cuerpo está compuesto por átomos. Lo que es asombroso es que la mayor parte del átomo sea hueca, está vacía, pues el peso del átomo se encuentra en su núcleo o centro que es cien mil veces más pequeño que la totalidad del átomo. Hablaríamos de que si no hubiera uniones de átomos, células, etc…, no se formarían cuerpos visibles.

El universo también tiene grandes espacios entre sí, entre nuestro Sol y la estrella más cercana Próxima Centauri hay una distancia de años luz, considerando un año luz como 10 billones de kilómetros, mil millones de diámetros de la Tierra, mientras que la Vía Láctea tiene un diámetro de 100,000 años luz, la galaxia grande más cercana es Andrómeda a 2 millones de años luz o sea a 20 diámetros de Vía Láctea de distancia. Andrómeda tiene el doble del diámetro de la Vía Láctea: lo que se quiere resaltar es el espacio vacío que es sorprendente ya de por sí entre la Tierra y Marte, entre 56 y 400 millones de kilómetros, que son entre 4,000 y 32,000 diámetros de la Tierra, y ahí en ese espacio hay vacío, no hay materia, no hay nada, es la nada, es el vacío, por donde pasa la luz y puede viajar un cuerpo sin gastar energía, pues no hay fricción.

Por último, hacemos notar que hay antimateria, en el principio del universo había cantidades iguales de materia y antimateria, pero hoy se observa un mundo de materia debido a la bariogénesis, hay que pensar que desaparece la materia cuando se hace contacto con la antimateria, y se produce luz o energía. En el acelerador de partículas, denominado Gran Colisionador de Hadrones, se pretende que choquen dos haces de protones para que recreen los instantes posteriores al Big Bang, desde donde el Universo es creado a partir de una “singularidad” infinitamente pequeña, seguida de la expansión del propio espacio.

Por si alguien no se ha espantado, es menester recordar que hay grandes espacios vacíos entre los núcleos de los diferentes átomos, hay un vacío mucho mayor que los planetas entre planeta y planeta, hay vacío entre galaxias y los cúmulos de galaxias, y para añadirle complicación a nuestro universo existe la antimateria que desaparece a la materia en la que vivimos si hay contacto, y hay agujeros negros que pueden devorar galaxias, y si partimos del Big Bang todo comenzó con la expansión de una “singularidad” infinitamente pequeña. Formar parte de lo desconocido es terrorífico, saber que mucho de lo que vivimos es invisible para nosotros en el mundo microscópico o en el universo sideral, y que aunque la tecnología avance tenemos límites de conocimiento como el principio de incertidumbre de Heisenberg o la velocidad máxima que conocemos a la fecha que es la luz. Quedamos al final en la oscuridad, presa de lo inexplicable o inconsciente, presa de lo invisible para nuestros ojos humanos.

(presentado por el autor del blog en el IV Coloquio Gótico Internacional, Ciudad de México, 4 de abril)

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